La misión Europa Clipper ajusta su rumbo tras sobrevolar Marte

La sonda Europa Clipper ha sobrevolado Marte el 1 de marzo de 2025 en una maniobra de asistencia gravitatoria que le permitirá continuar su trayecto hacia el sistema de Júpiter. La nave pasó a 884 km de la superficie marciana con una velocidad de 24,5 km/s relativa al Sol. Durante las 12 horas previas y posteriores al sobrevuelo, la atracción gravitatoria de Marte modificó su trayectoria y redujo su velocidad a 22,5 km/s, preparando el camino para la siguiente asistencia gravitatoria en la Tierra en diciembre de 2026.

Recreación de la sonda Europa Clipper sobre Marte. Créditos: NASA

La misión despegó el 14 de octubre de 2024 desde el Centro Espacial Kennedy en un cohete Falcon Heavy de SpaceX. Su recorrido hasta Júpiter abarca 2.900 millones de km, y sin las asistencias gravitatorias de Marte y la Tierra, la nave requeriría una cantidad significativamente mayor de combustible, lo que aumentaría el peso y los costos o prolongaría considerablemente el tiempo de viaje.

El equipo de navegación ha realizado varias maniobras de corrección de trayectoria (TCM) para ajustar la órbita de la sonda y garantizar el sobrevuelo seguro de Marte. Tres de estas maniobras ocurrieron en noviembre de 2024, enero de 2025 y el 14 de febrero de 2025. Un nuevo ajuste está programado para aproximadamente 15 días después del sobrevuelo marciano, y se espera que la misión realice hasta 200 correcciones adicionales a lo largo de su recorrido hasta Júpiter, donde llegará en abril de 2030.

Trayectoria de la sonda Europa Clipper de la NASA desde su lanzamiento hasta su llegada a Júpiter
Trayectoria de la sonda Europa Clipper hasta su llegada a Júpiter. Créditos: NASA

El sobrevuelo de Marte también ha sido aprovechado para probar y calibrar dos de los instrumentos científicos de Europa Clipper. El radar de penetración de hielo REASON, diseñado para estudiar la estructura interna de la luna Europa, ha sido activado por primera vez con todos sus componentes en funcionamiento. Este radar opera en longitudes de onda tan grandes que no pudieron probarse completamente en la Tierra antes del lanzamiento. Además, el equipo de misión ha realizado la calibración de la cámara infrarroja E-THEMIS, que generará una imagen multiespectral de Marte en los próximos meses cuando los datos sean procesados y enviados de regreso a la Tierra.

Tras su llegada al sistema de Júpiter en 2030, la sonda pasará un año ajustando su órbita antes de comenzar una serie de sobrevuelos de Europa, que se extenderán por aproximadamente tres años. Durante este tiempo, Europa Clipper estudiará la composición, geología y potencial habitabilidad de la luna, con el objetivo de determinar si bajo su corteza helada existe un océano subterráneo capaz de albergar vida.

Diseño de la sonda Europa Clipper. Créditos: NASA

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Cuenta atrás para PUNCH: la misión de la NASA que estudiará la heliosfera en 3D

Los cuatro mini satélites de la misión PUNCH (Polarimeter to Unify the Corona and Heliosphere) han llegado a la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg en California para su integración final antes del lanzamiento, previsto para principios de 2025. Esta misión de la NASA, desarrollada por el Southwest Research Institute (SwRI), está diseñada para realizar observaciones sin precedentes de la transición entre la corona solar y la heliosfera, un área del espacio clave para comprender cómo el viento solar se expande y evoluciona en el medio interplanetario.

PUNCH está compuesto por cuatro pequeños satélites que, operando en conjunto, captarán imágenes continuas y en tres dimensiones del viento solar desde su formación en la corona hasta su propagación en el espacio. La misión utilizará cámaras sensibles a la luz visible polarizada para observar electrones libres en la heliosfera, permitiendo mapear estructuras como eyecciones de masa coronal (CMEs) y frentes de choque interplanetarios con una precisión sin precedentes.

Objetivos principales de la misión Punch. Créditos: SWRI

Estos datos llenarán una brecha de más de 60 años en la investigación sobre el viento solar, proporcionando una vista global y detallada de un fenómeno que afecta directamente el clima espacial, la seguridad de satélites y astronautas, y las comunicaciones en la Tierra.

Cada uno de los cuatro satélites de PUNCH porta un único instrumento, formando una red de observación distribuida:

  • 1 Narrow Field Imager (NFI): Un coronógrafo compacto que observará la parte más interna de la corona solar, desde 6 hasta 32 radios solares (R☉).
  • 3 Wide Field Imagers (WFI): Telescopios de gran campo basados en el diseño de los instrumentos STEREO/HI, capaces de capturar imágenes de la heliosfera desde 18 hasta 180 R☉.
  • STEAM (X-ray Spectrometer): Un espectrómetro de rayos X desarrollado por estudiantes, que analizará la radiación solar para estudiar la física del calentamiento de la corona.

La sincronización de estos cuatro satélites permitirá construir imágenes en 360°, proporcionando un monitoreo continuo de la evolución del viento solar.

Secuencia de datos procesados de la misión STEREO de la NASA mostrando la expansión de la corona solar mientras se extiende hacia el espacio y da origen al viento solar. Créditos: SWRI

Los satélites PUNCH estarán en una órbita polar sincronizada con el Sol, lo que les permitirá mantener una alineación constante con la estrella durante su misión primaria de dos años. Para evitar interferencias con la Tierra, los satélites estarán separados 120° en fase orbital, asegurando una cobertura ininterrumpida del espacio interplanetario.

Cada ocho minutos, cada satélite tomará una serie de imágenes: una sin polarización y seis imágenes polarizadas, permitiendo reconstrucciones tridimensionales de las estructuras del viento solar. Todos los datos serán enviados a la Tierra, donde serán fusionados para generar un mapa global de la heliosfera en tiempo real.

Uno de los objetivos clave de la misión es mejorar la capacidad de predicción de tormentas solares y eyecciones de masa coronal (CMEs), eventos que pueden generar perturbaciones en la magnetosfera terrestre y afectar redes eléctricas, satélites y sistemas de navegación GPS.

Para esto, PUNCH contará con QuickPUNCH, una herramienta diseñada para reducir el tiempo de procesamiento de datos y proporcionar información útil para la predicción del clima espacial en cuestión de horas en lugar de días. Este sistema servirá como complemento a los telescopios coronográficos a bordo de GOES-U y SWFO-L1, facilitando la detección temprana de eventos solares de alto impacto.

Animación (no a escala) que muestra la corona solar y el viento solar. Créditos: NASA/GSC/Lisa Poje

PUNCH no operará de manera aislada, sino que formará parte de un esfuerzo conjunto con otras misiones dedicadas al estudio del Sol y su influencia en el espacio interplanetario. Los datos obtenidos por sus satélites se complementarán con las observaciones de la Parker Solar Probe, que analiza el plasma solar a distancias extremadamente cercanas a la estrella, proporcionando mediciones directas de sus partículas y campos magnéticos. También trabajará en conjunto con la Solar Orbiter, cuya capacidad para capturar imágenes desde distintos ángulos en el sistema solar permitirá una visión más completa de la evolución del viento solar en el espacio profundo. A su vez, el Solar Dynamics Observatory (SDO) ofrecerá un monitoreo continuo de la actividad solar desde la órbita terrestre, facilitando la identificación de eventos como erupciones y eyecciones de masa coronal desde su origen. La combinación de estos datos permitirá reconstruir con mayor precisión la conexión entre los procesos que ocurren en la corona y su impacto en la heliosfera, proporcionando una visión global y detallada de la interacción entre el Sol y el medio interplanetario.

Las cuatro naves espaciales de la misión PUNCH, aseguradas en sus soportes de aluminio durante las fases finales de integración y pruebas previas al lanzamiento. Créditos: SWRI

Preparación final y cuenta atrás para el lanzamiento

El equipo de PUNCH ya ha completado la fase de integración y pruebas de los satélites, incluyendo ensayos térmicos, vibraciones y calibración óptica. Actualmente, los satélites están siendo preparados en la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg para ser acoplados junto con el telescopio SPHEREx, con el que compartirán lanzamiento en un cohete Falcon 9 de SpaceX.

El despegue está programado para principios de 2025 no antes de finales de febrero. Si todo sigue según lo planeado, los primeros datos científicos de PUNCH podrían llegar antes de que termine el año.

La misión promete marcar un antes y un después en el estudio del viento solar y la heliosfera, proporcionando información clave para comprender cómo la actividad del Sol moldea el espacio que nos rodea.

Referencias y más información:

BepiColombo realiza su sexto y último sobrevuelo en Mercurio antes de entrar en órbita

El 9 de enero de 2025, la misión BepiColombo, desarrollada por la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA), realizó con éxito su sexto y último sobrevuelo de Mercurio. Este hito clave en la misión ha permitido reducir la velocidad de la sonda y ajustar su trayectoria, preparando el camino para su inserción orbital prevista para noviembre de 2026.

El paso cercano a tan solo 198 km de la superficie de Mercurio ofreció una oportunidad única para recopilar datos científicos. Durante este sobrevuelo, la mayoría de los instrumentos de los dos orbitadores de la misión, el Mercury Planetary Orbiter (MPO) de la ESA y el Mercury Magnetospheric Orbiter (MMO o Mio) de la JAXA, estuvieron en funcionamiento, recogiendo información clave sobre la composición de la superficie, la magnetosfera y el entorno del planeta.

Superficie de Mercurio captada por la misión BepiColombo en su sexto sobrevuelo en enero de 2025
Imagen de la superficie de Mercurio captada por la misión Bepi-Colombo en su sexto sobrevuelo. Créditos: ESA/JAXA

De los 11 instrumentos científicos del MPO, ocho fueron activados durante el sobrevuelo. Por su parte, cuatro de los cinco instrumentos del MMO también estuvieron en operación, lo que permitió recopilar datos del entorno magnético de Mercurio y su interacción con el viento solar. Además, dos de las cámaras del Mercury Transfer Module (MTM) estuvieron capturando imágenes del planeta, que en los próximos días serán procesadas y publicadas.

Un ajuste necesario tras problemas técnicos

Desde su lanzamiento en octubre de 2018, BepiColombo ha llevado a cabo una serie de maniobras gravitatorias para llegar a Mercurio. El viaje ha incluido una asistencia gravitacional de la Tierra, dos de Venus y seis del propio Mercurio. Estas maniobras han permitido que la sonda reduzca su velocidad gradualmente, evitando ser atrapada por la intensa atracción gravitatoria del Sol.

Mercurio captado por la misión Bepi-Colombo en su sexto sobrevuelo
Otra imagen de Mercurio captada por la misión Bepi-Colombo en su sexto sobrevuelo. Créditos: ESA/JAXA

Los planes originales de la misión contemplaban que BepiColombo alcanzara la órbita de Mercurio en diciembre de 2025. Sin embargo, en mayo de 2024 la ESA detectó que los motores del módulo de transferencia (MTM) no estaban entregando toda la potencia prevista, lo que afectó la trayectoria inicial. Después de meses de análisis, en septiembre de 2024 la ESA anunció que se había diseñado una nueva ruta que permitiría a la sonda alcanzar la órbita en noviembre de 2026, ajustando las maniobras en los tres sobrevuelos finales de Mercurio.

Cuando finalmente entre en órbita, BepiColombo desplegará sus dos orbitadores independientes para llevar a cabo su misión principal:

  • El Mercury Planetary Orbiter (MPO), construido por la ESA, investigará la composición, morfología y topografía de la superficie, además de estudiar el interior del planeta.
  • El Mercury Magnetospheric Orbiter (MMO o Mio), construido por la JAXA, analizará la magnetosfera de Mercurio y su interacción con el viento solar.

Ambos módulos trabajarán en conjunto para ofrecer una visión completa de este enigmático planeta, arrojando luz sobre su formación, evolución y dinámica.

Mercurio captado por la misión Bepi-Colombo en su sexto sobrevuelo
Otra captura del planeta Mercurio captada por la misión Bepi-Colombo en su sexto sobrevuelo. Créditos: ESA/JAXA

Los secretos que BepiColombo busca desvelar

Mercurio, el planeta más cercano al Sol, es un lugar lleno de misterios. Con un núcleo de hierro desproporcionadamente grande, un campo magnético sorprendentemente activo y una superficie cubierta de cráteres y llanuras volcánicas, Mercurio plantea preguntas fundamentales sobre la formación de los planetas rocosos.

Entre los principales objetivos de BepiColombo destacan:

  • Determinar la estructura y composición interna de Mercurio, en particular su núcleo.
  • Investigar la historia geológica del planeta, incluida su actividad volcánica y tectónica.
  • Comprender su tenue exosfera y su interacción con el viento solar.
  • Analizar su campo magnético, el cual es único entre los planetas rocosos del sistema solar, excepto la Tierra.


Fuentes y más información:

Más información en NoSoloSputnik!:

Más cerca que nunca del Sol: la Parker Solar Probe alcanza su máxima aproximación

Ilustración de la Parker Solar Probe sobrevolando la corona solar
Recreación artística de la Parker Solar Probe cerca del Sol. Créditos: NASA

NASA ha confirmado que la Parker Solar Probe ha completado con éxito su aproximación más cercana al Sol hasta la fecha, alcanzando una distancia récord de 6,1 millones de km de la superficie solar el pasado 24 de diciembre de 2024. Viajando a una velocidad extrema de 190,77 km/s (686.772 km/h), la sonda ha batido su propio récord como el objeto más veloz jamás construido por el ser humano. Dos días después del paso por el perihelio, la nave envió una señal confirmando que todos sus sistemas e instrumentos científicos funcionan correctamente, garantizando la recolección de datos sin precedentes sobre la atmósfera solar.

Este acercamiento, el primero de tres planeados a esta distancia, forma parte de la etapa final de la misión, que ha requerido siete sobrevuelos de Venus para ajustar su órbita. Durante los próximos meses, la nave continuará operando en este régimen extremo, con el siguiente perihelio previsto para el 22 de marzo de 2025. Los datos recogidos en estos pasos ayudarán a resolver algunos de los mayores enigmas de la física solar, desde el calentamiento de la corona hasta la aceleración del viento solar.

Diagrama de la trayectoria de la Parker Solar Probe mostrando su acercamiento récord al Sol
Esquema de la órbita y trayectoria de la sonda Parker Solar Probe. Créditos: NASA

La Parker Solar Probe, lanzada el 12 de agosto de 2018, ha llevado a cabo una serie de sobrevuelos progresivos alrededor del Sol utilizando la gravedad de Venus para acercarse cada vez más a nuestra estrella. Con un diseño revolucionario que le permite soportar temperaturas de hasta 1.400 °C, la nave ha sido capaz de operar en una región del espacio nunca antes explorada de forma directa.

Para sobrevivir en el entorno extremo de la corona solar, la sonda cuenta con un escudo de carbono compuesto de 11,4 cm de grosor, capaz de resistir temperaturas superiores a los 1.000 °C mientras mantiene los instrumentos a una temperatura similar a la de una oficina terrestre. Este Sistema de Protección Térmica (TPS, por sus siglas en inglés) es crucial para permitir que la nave opere a tan solo 9,86 radios solares de la superficie del Sol.

Infografía de los instrumentos de la Parker Solar Probe usados para estudiar el Sol
Instrumentación y sistemas de la sonda Parker Solar Probe de la NASA. Créditos: NASA

Además, la nave está equipada con un sistema de refrigeración activa que utiliza agua desionizada para mantener frías las partes más críticas de los instrumentos científicos. A pesar de estar expuesta a un flujo de radiación 500 veces más intenso que en la Tierra, la sonda ha logrado mantener su operatividad sin fallos significativos.

Uno de los principales objetivos de la Parker Solar Probe es estudiar el viento solar, la corriente de partículas cargadas que fluye constantemente desde el Sol y afecta a todo el Sistema Solar. En su misión, la nave ha detectado fenómenos inesperados, como las estructuras en zigzag conocidas como switchbacks, que parecen originarse en la fotosfera solar y podrían desempeñar un papel clave en la aceleración del viento solar.

Visualización de las estructuras de switchbacks en el viento solar observadas por la Parker Solar Probe
«Switchbacks» o perturbaciones en movimiento del viento solar. Créditos: NASA/GSFC/Adriana Manrique

Los datos obtenidos han confirmado que la región cercana al Sol está prácticamente libre de polvo interplanetario, validando teorías formuladas hace décadas. También se ha logrado identificar la estructura de las ondas de choque que transportan partículas energéticas a través del sistema solar, lo que podría ayudar a predecir tormentas solares con mayor precisión.

La sonda también ha permitido obtener imágenes de la atmósfera de Venus durante sus sobrevuelos. Utilizando su instrumento WISPR, la Parker Solar Probe captó emisiones de radio naturales provenientes de la ionosfera venusina, lo que ha permitido estudiar cambios en la atmósfera del planeta relacionados con la actividad solar.

Imagen de Venus captada por la sonda Parker Solar Probe. Créditos: NASA

Con solo dos sobrevuelos cercanos restantes en su misión primaria, la NASA ya evalúa extender las operaciones de la sonda más allá de 2025 si sigue funcionando correctamente. En paralelo, la agencia espacial se prepara para lanzar el observatorio PUNCH (Polarimeter to Unify the Corona and Heliosphere) en 2025, una misión diseñada para estudiar la conexión entre la corona solar y el viento solar a gran escala.

PUNCH consistirá en cuatro satélites que observarán la evolución del viento solar desde la órbita terrestre, complementando los datos obtenidos por la Parker Solar Probe y la Solar Orbiter de la ESA. Juntas, estas misiones permitirán una visión integral del Sol y su influencia en el espacio interplanetario.


Referencias y más información:

Curiosity cumple 10 años en la superficie marciana

Han pasado 10 años desde que el rover Curiosity de la NASA aterrizara con éxito en la superficie marciana. Desde el 6 de agosto de 2012, el rover no cesa de buscar pruebas de que el planeta pudo haber tenido unas condiciones óptimas para la vida microbiana hace miles de millones de años.

Selfie panorámico de 360º compuesto por 81 imágenes individuales tomadas por la cámara MAHLI del rover Curiosity en noviembre de 2021. Créditos: NASA

Desde entonces, el rover Curiosity ha recorrido casi 29 kilómetros y ha ascendido 625 metros por las faldas del monte Aeolis en el interior del cráter Gale. El rover ha analizado 41 muestras de roca y suelo y ha podido determinar que el agua líquida, así como los componentes químicos y los nutrientes necesarios para sustentar la vida, estuvieron presentes durante al menos decenas de millones de años en el cráter Gale. El cráter albergó una vez un lago, cuyo tamaño creció y disminuyó con el tiempo. Cada capa más alta del Monte Sharp sirve como registro de una era más reciente del medio ambiente de Marte. Ahora, el rover está atravesando un cañón que marca la transición a una nueva región, que se cree que se formó cuando el agua se estaba secando, dejando atrás esta zona rica de sulfatos.

Recorrido del rover Curiosity en el cráter Gale. Créditops: NASA

Durante la misión y gracias al instrumento RAD el rover Curiosity ha podido medir la cantidad de radiación que experimentarían los astronautas en un viaje tripulado a la superficie de Marte con resultados algo superiores a los esperados. Además, durante su viaje por la superficie del planeta ha enviado 494.540 imágenes y 3.102 gigabytes de datos.

En estos diez años también han tenido algunos problemas, aunque para el equipo de la misión lo más preocupante es el estado de desgaste de las ruedas. Han sufrido varios cortocircuitos, reinicios de los ordenadores y la inutilización del taladro durante unos meses, pero por fortuna el rover se encuentra en perfecto estado para continuar haciendo ciencia en el planeta rojo. Recientemente la NASA ha ampliado por otros tres años la misión, por lo que aún nos quedan por ver muchas nuevos horizontes marcianos. ¡Larga «vida» al Curiosity!

Póster conmemorativo del décimo aniversario del Curiosity en la superficie de Marte
Póster conmemorativo del décimo aniversario del Curiosity en la superficie de Marte. Créditos: NASA