El Nuclear Spectroscopic Telescope Array de la NASA (NuSTAR) ha cumplido diez años de misión. Fue lanzado por un cohete Pegasus XL desde un avión Lockheed L-1011 «Stargazer» mientras sobrevolaba el océano Pacífico el 13 de junio de 2012.
Durante estos diez años se ha dedicado al estudio de los objetos y sucesos más energéticos del universo, desde lejanos agujeros negros devorando gases de restos de supernovas a emisiones en rayos X de alta energía en la alta atmósfera de Júpiter o los microdestellos en las regiones activas del Sol.

Créditos: NASA/JPL-Caltech/GSFC.
Uno de los mayores logros de NuSTAR fue realizar la primera medición inequívoca de la rotación de un agujero negro. Además, ha identificado docenas de agujeros negros escondidos detrás de espesas nubes de gas y polvo y ha descubierto cuán energéticas pueden ser las estrellas de neutrones o cómo las estrellas explotan para convertirse en supernovas pudiendo mapear los materiales radioactivos dejados por estas explosiones.

Créditos: NASA/JPL-Caltech.
Como hemos relatado, estas son algunas de las formas en las que el observatorio de rayos X NuSTAR ha proporcionado una nueva mirada al universo y nuestro vecindario próximo durante la última década, añadiendo conocimientos a los obtenidos por otros telescopios espaciales como el Chandra de la NASA o el XMM Newton de la ESA y complementando a otros como el EHT, basado en estaciones de interferometría de muy larga base en diferentes puntos terrestres distribuidos por todo el planeta.
Inicialmente concebido para una misión no superior a los siete años, el equipo de la misión ha afirmado que aún le quedan muchos años de observación. Hasta ahora ha realizado más de 54.000 órbitas a la Tierra a una altura de 600 km. Y muchas más que le quedan al NuSTAR.


