La sonda norteamericana Cassini realizó el pasado lunes 17 de julio el último sobrevuelo cercano sobre la luna helada Dione de Saturno, a una distancia de 474 kilómetros. A falta de recibir los datos que permitan conocer mejor la estructura interna del satélite, la sonda se ha centrado especialmente en el estudio de su polo norte y de algunas zonas con una temperatura superficial mayor de la media.

Es el quinto y último sobrevuelo de la sonda Cassini sobre el satélite, siendo el de diciembre de 2011 donde pasó más cerca de su superficie a tan sólo 100 kilómetros de distancia. Estos sobrevuelos nos han permitido conocer datos acerca de su composición, actividad interna y su superficie, donde destacan sus abismos denominados «Chasmata» ya reconocidas por la sonda Voyager. Se tratan de una gran red de cañones que cubren una zonda de más de 1000 kilómetros de diámetro con paredes brillantes, relacionado probablemente con las fuerzas de marea y la evolución orbital de la luna. También destacan sus «Lineae» o acantilados de hielo brillante, algunos de hasta 100km de altura, creados presumiblemente por fracturas tectónicas en el pasado.

Lejos de ser un mundo activo como la luna Encélado se cree que también expulsa vapor de agua de su interior al espacio, cabiendo la posibilidad de que tenga actividad geológica, como géiseres activos en su superficie. Dione con 1118 km de diámetro orbita Saturno a una distancia muy similar a la de nuestra Luna con la Tierra, pero eso sí, a una gran velocidad, tardando menos de tres días en dar una vuelta alrededor de Saturno y dando siempre la misma cara a éste. Fue el cuarto satélite de Saturno descubierto en la historia, realizado por Giovanni Cassini en 1684.

La sonda Cassini lleva orbitando Saturno desde julio de 2004 y se prevé que lo haga hasta finales de 2017, dándonos por tanto dos años más con los que deleitarnos con los increíbles datos del planeta más singular de nuestro Sistema Solar y de dos de sus lunas más interesantes Titán y Encélado. No hay previstas ninguna misión actualmente de ninguna agencia para el futuro próximo a revisitar estos mundos helados por lo que podríamos decir, no sin tristeza y también satisfacción por el poder haber sido testigos de tan exitosa misión: ¡Hasta siempre, Dione!.




