Primera misión en explorar Plutón y un objeto del cinturón de Kuiper, actualmente en misión extendida estudiando el medio interplanetario más allá de 50 UA del Sol

Objetivos:
Sobrevuelo de Plutón y exploración del cinturón de Kuiper

Nave espacial:
New Horizons

Fecha de lanzamiento:
19 de enero de 2006

Lanzador:
Atlas V 551 / Star 48B

Lugar de lanzamiento:
Cabo Cañaveral, EE.UU.

Control de misión:
NASA/JHUAPL/SwRI

La misión New Horizons proporcionó la primera observación directa de Plutón y su sistema de lunas, así como del objeto del cinturón de Kuiper Arrokoth, ampliando de forma significativa el conocimiento disponible sobre los cuerpos helados situados más allá de Neptuno. Diseñada como una misión de sobrevuelo rápido, la nave tuvo que operar con recursos energéticos muy limitados y con largos retardos en las comunicaciones, lo que condicionó tanto su arquitectura como su estrategia científica. Tras completar sus objetivos principales en 2015 y 2019, New Horizons continúa operativa como plataforma científica en el cinturón de Kuiper, realizando mediciones del entorno interplanetario exterior y observaciones remotas de otros cuerpos lejanos, mientras se aleja de forma definitiva del Sol.

  • Plutón en color real
  • Sleipnir fossae y Tartarus dorsa en Plutón
  • El monte Wright de Plutón
  • Sputnik Planum en color
  • Hasta la vista Plutón
  • La luna Caronte

Objetivos de la misión New Horizons

El objetivo principal de New Horizons fue realizar el primer estudio detallado de Plutón y su sistema de lunas mediante un sobrevuelo a alta velocidad, caracterizando su geología, composición superficial y atmósfera, así como los procesos de intercambio entre la superficie helada y la tenue envoltura gaseosa. La misión se diseñó para obtener imágenes de alta resolución y datos espectrales que permitiesen situar a Plutón y a Caronte dentro del contexto comparativo del sistema solar exterior, así como para analizar las lunas menores Nix, Hidra, Cerbero y Estigia con el fin de reconstruir el origen y la evolución del sistema Plutón-Caronte.

De forma complementaria, la misión contempló la exploración directa del cinturón de Kuiper mediante el sobrevuelo de un objeto adicional, objetivo que se materializó con el encuentro con Arrokoth en 2019, proporcionando información directa sobre la formación de planetesimales primitivos. Asimismo, New Horizons fue concebida para realizar observaciones remotas de otros cuerpos lejanos y mediciones continuas del polvo, del plasma y de las partículas energéticas del medio interplanetario exterior, objetivos que sustentan las sucesivas extensiones de la misión.

Características de la misión New Horizons

New Horizons es una sonda de exploración interplanetaria diseñada para operar a grandes distancias del Sol y con tiempos de comunicación de varias horas, lo que obligó a priorizar la autonomía de la nave y la fiabilidad de sus sistemas. En el momento del lanzamiento tenía una masa de aproximadamente 478 kg, incluyendo combustible, lo que la convirtió en una de las sondas más rápidas jamás enviadas fuera del entorno terrestre, alcanzando una velocidad de escape superior a 16 km/s con respecto a la Tierra.

La estructura de la nave se basa en un cuerpo principal de forma aproximadamente triangular, construido en aluminio y con un diseño optimizado para minimizar masa y consumo energético. La orientación y el control de actitud se realizan mediante un sistema de guiado autónomo basado en giróscopos, sensores estelares y propulsores de hidrazina, necesarios tanto para maniobras de corrección de trayectoria como para el apuntamiento preciso de los instrumentos durante los sobrevuelos.

El suministro energético depende exclusivamente de un generador termoeléctrico de radioisótopos de tipo GPHS-RTG, alimentado por plutonio-238, capaz de proporcionar energía eléctrica continua en regiones donde la irradiancia solar es insuficiente para el uso de paneles solares. La potencia disponible ha ido disminuyendo de forma progresiva con el paso del tiempo, condicionando la planificación de las operaciones científicas y el uso escalonado de los instrumentos.

Las comunicaciones con la Tierra se realizan mediante una antena de alta ganancia de 2,1 m de diámetro, operando en banda X, con tasas de transmisión extremadamente bajas a distancias transneptunianas, del orden de unos pocos kilobits por segundo. Esta limitación obligó a almacenar grandes volúmenes de datos a bordo y a planificar descargas prolongadas que se extendieron durante meses tras los encuentros con Plutón y Arrokoth.

La arquitectura de New Horizons fue concebida desde el inicio para permitir fases prolongadas de hibernación, reduciendo el consumo energético y el desgaste de los sistemas durante la larga travesía por el sistema solar exterior. Este enfoque ha sido clave para prolongar la vida operativa de la misión más allá de sus objetivos iniciales y para mantener la nave científicamente activa durante las sucesivas extensiones en el cinturón de Kuiper.

Instrumentación científica

El conjunto instrumental combina cámaras de imagen, espectrómetros, detectores de partículas y un experimento de radio, cubriendo un amplio rango de longitudes de onda y tipos de medición.

El instrumento principal de imagen es LORRI, Long Range Reconnaissance Imager, una cámara pancromática de alta resolución basada en un telescopio reflector de 20,8 cm de apertura. LORRI fue diseñada para obtener imágenes detalladas a grandes distancias, permitiendo el estudio geomorfológico de Plutón, Caronte y Arrokoth, así como observaciones remotas de otros cuerpos del cinturón de Kuiper durante la misión extendida.

Ralph es un instrumento combinado que integra dos subsistemas. MVIC, Multispectral Visible Imaging Camera, proporciona imágenes en color y mapas espectrales en el visible y el infrarrojo cercano, mientras que LEISA, Linear Etalon Imaging Spectral Array, es un espectrómetro infrarrojo que permite identificar y cartografiar la composición superficial de hielos como nitrógeno, metano, monóxido de carbono, agua y metanol.

Alice es un espectrómetro ultravioleta diseñado para estudiar la atmósfera de Plutón mediante observaciones en ocultación solar y estelar, así como para detectar posibles atmósferas o exosferas en otros cuerpos.

Para el estudio del entorno de partículas, New Horizons incorpora SWAP, Solar Wind Around Pluto, un espectrómetro de plasma destinado a analizar la interacción entre el viento solar y la atmósfera de Plutón, y PEPSSI, Pluto Energetic Particle Spectrometer Science Investigation, encargado de medir partículas energéticas y electrones.

El detector de polvo Venetia Burney Student Dust Counter fue desarrollado para medir la densidad y distribución de partículas de polvo a lo largo de la trayectoria de la sonda, desde el sistema solar interior hasta el cinturón de Kuiper.

Finalmente, el experimento de radio REX, Radio Science Experiment, utiliza el sistema de telecomunicaciones de la nave para realizar estudios de ocultación y determinar perfiles de temperatura y presión atmosférica, además de contribuir a la estimación de masas y propiedades físicas de los cuerpos visitados.

Antecedentes de la misión New Horizons

Durante gran parte del siglo XX y comienzos del XXI, Plutón permaneció como uno de los grandes desconocidos del sistema solar debido a su lejanía y a su reducido tamaño aparente. Tras su descubrimiento en 1930, las observaciones terrestres y, más tarde, las del telescopio espacial Hubble permitieron identificar variaciones de albedo, la presencia de una atmósfera tenue y el descubrimiento de Caronte en 1978, pero sin capacidad para resolver su geología ni su estructura superficial con detalle. A finales de los años noventa, el creciente interés por el cinturón de Kuiper y el reconocimiento de Plutón como el mayor de estos cuerpos impulsaron la necesidad de una misión dedicada.

En este contexto, la NASA lanzó a comienzos de la década de 2000 el programa New Frontiers, orientado a misiones de coste medio con objetivos científicos bien definidos. New Horizons fue seleccionada en 2001 como la primera misión de este programa, con el propósito explícito de realizar un sobrevuelo de Plutón antes de que su atmósfera se colapsara parcialmente debido a su alejamiento progresivo del Sol tras el perihelio de 1989. La misión heredó conceptos y estudios previos no realizados, como Pluto Fast Flyby y Pluto Kuiper Express, adaptándolos a un marco presupuestario y tecnológico más realista.

El diseño de la misión estuvo condicionado por la necesidad de minimizar el tiempo de viaje, lo que llevó a optar por una trayectoria de alta energía con asistencia gravitatoria de Júpiter. Esta decisión permitió reducir el tiempo de crucero a menos de diez años, a costa de limitar la capacidad de inserción orbital y obligar a plantear la exploración de Plutón como un encuentro único y breve. La arquitectura de sobrevuelo rápido se convirtió así en una característica definitoria de la misión.

El desarrollo de New Horizons coincidió además con un periodo de profunda revisión de la clasificación de los cuerpos del sistema solar exterior. El descubrimiento de numerosos objetos de tamaño comparable a Plutón culminó en 2006 con la redefinición del término planeta por parte de la Unión Astronómica Internacional y la reclasificación de Plutón como planeta enano. Este contexto no alteró los objetivos científicos de la misión, pero sí reforzó su relevancia como exploración de referencia de un miembro representativo del cinturón de Kuiper.

Desarrollo de la misión New Horizons

Lanzamiento de la misión New Horizons y primeras operaciones

New Horizons fue lanzada el 19 de enero de 2006 desde el Complejo de Lanzamiento 41 de Cabo Cañaveral a bordo de un cohete Atlas V 551, complementado con una etapa superior Star 48B. Esta configuración permitió proporcionar a la sonda la energía necesaria para abandonar rápidamente el entorno terrestre y dirigirse hacia el sistema solar exterior. Tras la separación de la etapa superior, la nave quedó en una trayectoria de escape hiperbólica con respecto a la Tierra, alcanzando una velocidad récord para una misión interplanetaria en el momento de su lanzamiento.

Durante las primeras semanas de vuelo se llevaron a cabo las operaciones iniciales de activación y verificación de sistemas, incluyendo el despliegue de la antena de alta ganancia, la comprobación del sistema de propulsión y el encendido progresivo de los instrumentos científicos.

Asistencia gravitatoria en Júpiter

New Horizons realizó su asistencia gravitatoria en Júpiter el 28 de febrero de 2007, pasando a una distancia mínima de unos 2,3 millones de kilómetros del planeta. Este encuentro permitió incrementar la velocidad heliocéntrica de la sonda en aproximadamente 4 km/s y acortar el tiempo de viaje hasta Plutón en varios años, además de proporcionar una oportunidad temprana para calibrar los instrumentos científicos y ensayar las operaciones de un sobrevuelo a gran velocidad.

Durante el paso por el sistema joviano, la sonda llevó a cabo observaciones de la atmósfera de Júpiter, de su sistema de anillos y de varias de sus lunas, incluyendo Ío, Europa, Ganímedes y Calisto. Estas observaciones permitieron validar el rendimiento de cámaras y espectrómetros en un entorno complejo y dinámico, así como ajustar los procedimientos de adquisición y almacenamiento de datos que serían críticos durante el encuentro con Plutón.

Tras abandonar la región de Júpiter, New Horizons inició un prolongado periodo de crucero a través del sistema solar exterior. Debido a la larga duración de esta fase y a la limitada disponibilidad energética, la misión adoptó un esquema de hibernación intermitente, en el que la mayor parte de los sistemas permanecían apagados durante meses, con activaciones periódicas para comprobaciones de estado, calibraciones y pequeñas correcciones de trayectoria.

Encuentro con el sistema de Plutón

El sobrevuelo del sistema de Plutón tuvo lugar el 14 de julio de 2015, cuando New Horizons pasó a una distancia mínima de aproximadamente 12.500 km de la superficie del planeta enano, a una velocidad relativa cercana a 14 km/s. El encuentro fue cuidadosamente planificado para maximizar el retorno científico durante una ventana temporal de apenas unas horas, concentrando la adquisición de datos de alta resolución en el hemisferio mejor iluminado y en las regiones de mayor interés científico previamente identificadas desde la Tierra.

Durante el sobrevuelo, la sonda obtuvo imágenes detalladas de la superficie de Plutón y Caronte, mapas espectrales de composición, perfiles atmosféricos mediante ocultaciones solares y estelares, y mediciones in situ de partículas y plasma. El diseño del encuentro priorizó la observación de Sputnik Planitia y de las principales estructuras geológicas del hemisferio visible, así como el estudio de la atmósfera y su interacción con el viento solar. En paralelo, se realizaron observaciones de las lunas menores Nix, Hidra, Cerbero y Estigia, permitiendo caracterizar su forma, albedo y propiedades orbitales.

Debido a la extrema distancia a la Tierra y a la baja tasa de transmisión de datos, el envío completo de la información científica adquirida durante el encuentro se prolongó durante más de un año, finalizando en octubre de 2016. Los datos fueron transmitidos de forma escalonada a través de la Red de Espacio Profundo de la NASA, alternando periodos de descarga con nuevas observaciones y operaciones de la nave. Este largo proceso permitió confirmar de manera progresiva la complejidad geológica y atmosférica de Plutón y consolidó el sobrevuelo como una referencia dentro del estudio de los cuerpos helados del sistema solar exterior.

Extensión de la misión en el cinturón de Kuiper

Tras completarse el envío de los datos del sobrevuelo de Plutón, la misión entró formalmente en su primera extensión científica, centrada en la exploración del cinturón de Kuiper. En esta fase, New Horizons pasó a operar como una plataforma de observación remota y de medición in situ del entorno interplanetario más allá de la órbita de Neptuno, al tiempo que se inició la búsqueda activa de un segundo objetivo susceptible de ser visitado mediante un nuevo sobrevuelo.

La identificación de un candidato adecuado resultó especialmente compleja debido a las limitadas reservas de combustible de la nave, que restringían severamente la capacidad de modificar la trayectoria. Para resolver este problema se llevaron a cabo campañas específicas de observación con grandes telescopios terrestres y con el telescopio espacial Hubble, orientadas a detectar pequeños cuerpos del cinturón de Kuiper situados cerca de la trayectoria de New Horizons y con condiciones energéticas compatibles con un encuentro.

El esfuerzo de búsqueda culminó en la selección del objeto 2014 MU69 como nuevo objetivo científico, posteriormente bautizado oficialmente como Arrokoth, lo que permitió planificar un segundo sobrevuelo a gran distancia del Sol y extender de forma significativa la vida científica de la misión.

Encuentro con Arrokoth

El segundo sobrevuelo de New Horizons tuvo lugar el 1 de enero de 2019, cuando la sonda pasó a una distancia mínima de unos 3.500 km de Arrokoth, a una velocidad relativa cercana a 14,4 km/s. Este encuentro se produjo a más de 6.600 millones de kilómetros de la Tierra y constituyó el sobrevuelo más lejano realizado hasta la fecha por una sonda espacial. A diferencia de Plutón, Arrokoth es un pequeño objeto del cinturón de Kuiper frío y dinámicamente estable, seleccionado por su carácter primitivo y por no haber sufrido alteraciones térmicas significativas desde la formación del sistema solar.

Las observaciones revelaron que Arrokoth es un binario de contacto compuesto por dos lóbulos aplanados unidos por un estrecho cuello, con una longitud total de unos 35 km. Su morfología, orientación y baja densidad de cráteres indicaron que se formó mediante una colisión extremadamente suave entre dos planetesimales, preservando una estructura prácticamente intacta desde hace más de 4.000 millones de años. Este resultado proporcionó una evidencia directa de los procesos de acreción jerárquica a muy baja velocidad en el disco protoplanetario exterior.

Durante el encuentro no se detectaron atmósfera, anillos ni satélites, y los instrumentos espectrales identificaron una superficie dominada por hielos de agua y metanol, junto con compuestos orgánicos complejos responsables de su color rojizo. La ausencia de actividad geológica y la simplicidad estructural de Arrokoth lo convirtieron en un objeto de referencia para el estudio de los bloques de construcción originales de los planetas.

Al igual que en el caso de Plutón, la transmisión de los datos del sobrevuelo se prolongó durante varios meses debido a la baja tasa de comunicaciones. El análisis detallado de la información consolidó a Arrokoth como el objeto más primitivo jamás explorado de cerca y confirmó el valor científico de la extensión de la misión en el cinturón de Kuiper.

Misión extendida más allá de 50 UA y estado actual de la misión

Tras el sobrevuelo de Arrokoth, New Horizons inició una nueva fase de misión extendida centrada en el estudio continuado del medio interplanetario en el sistema solar exterior. A medida que la sonda se alejaba del Sol y superaba distancias superiores a 50 UA, los instrumentos de partículas, polvo y plasma pasaron a desempeñar un papel central, proporcionando mediciones directas en una región escasamente muestreada por misiones anteriores.

Durante esta fase, la nave ha continuado realizando observaciones remotas de otros objetos del cinturón de Kuiper, así como estudios del fondo del cielo en el visible, aprovechando la reducción del brillo de fondo asociada a la disminución de la luz zodiacal. Estas observaciones complementan los datos obtenidos desde la órbita terrestre y permiten mejorar la caracterización estadística de la población de cuerpos pequeños en esta región.

El funcionamiento de la misión en esta etapa está condicionado principalmente por la disponibilidad energética del generador de radioisótopos y por las reservas de combustible para el control de actitud. Para optimizar ambos recursos, New Horizons alterna periodos de actividad científica con fases de hibernación prolongada, manteniendo únicamente los sistemas esenciales operativos.

En la actualidad, la sonda continúa operativa y transmite datos científicos de forma regular, sin que se haya identificado por el momento un nuevo objetivo para un sobrevuelo cercano. Su trayectoria la llevará a abandonar progresivamente el entorno dominado por el viento solar y a adentrarse en el espacio interestelar en las próximas décadas, mientras sus instrumentos permanezcan funcionales. De este modo, New Horizons sigue aportando información única sobre las regiones más externas del sistema solar y prolonga su relevancia científica mucho más allá de sus objetivos iniciales.

Cronología de la misión New Horizons

Lanzamiento3 de diciembre de 2014
Asistencia gravitatoria en Júpiter28 de febrero de 2007
Encuentro con el sistema de Plutón14 de julio de 2015
Aprobación de la extensión de misión en el cinturón de Kuiperjulio de 2016
Encuentro con Arrokoth1 de enero de 2019
Superación de la distancia de 50 UA al Sol17 de abril de 2021

Galería de imágenes de la misión New Horizons