Quaoar apareció en las imágenes del Observatorio Palomar en 2002 como un cuerpo inesperadamente grande para una región del sistema solar que entonces se creía más tranquila. El hallazgo, realizado por Chad Trujillo y Michael E. Brown, reveló un objeto transneptuniano del grupo de los cubewanos, con órbita estable y nombre tomado de la mitología tongva.

Su tamaño fue lo primero que obligó a replantear lo que se esperaba del cinturón de Kuiper: Quaoar era mayor de lo previsto para un cuerpo descubierto tan lejos del Sol. Su proximidad al límite teórico de equilibrio hidrostático llevó a considerarlo un posible planeta enano, aunque la Unión Astronómica Internacional aún no ha adoptado esta clasificación.

Quaoar se sumó a una serie de descubrimientos que mostraron un cinturón de Kuiper mucho más poblado y variado de lo imaginado. Formó parte del conjunto de objetos que impulsaron el debate que llevó a redefinir el concepto de planeta en 2006 y ayudó a precisar el marco actual para interpretar la estructura del sistema solar exterior.

Características de Quaoar

Las mediciones más precisas, basadas en ocultaciones estelares y datos térmicos, sitúan su diámetro entre 1.074 y 1.120 kilómetros, un tamaño que lo coloca entre los grandes cuerpos del cinturón de Kuiper. Su albedo geométrico, obtenido con Spitzer, Herschel y observatorios terrestres, se sitúa entre 0,10 y 0,20.

La densidad de Quaoar, calculada a partir del movimiento de su satélite Weywot, ronda los 2,0 g/cm³, lo que indica una mezcla de roca y hielos coherente con su masa estimada de unos 1,4 × 10²¹ kg. No hay pruebas firmes de diferenciación interna completa.

El análisis espectroscópico en el infrarrojo revela una superficie dominada por hielo de agua cristalino y metano sólido, materiales que pueden conservarse a los cerca de 40 K que reinan en su órbita. La presencia de hielo cristalino apunta a una exposición reciente o a procesos capaces de renovar el material superficial.

Las observaciones térmicas indican una superficie porosa con baja inercia térmica, típica de los cuerpos helados del sistema solar exterior. Su órbita casi circular, con un semieje mayor de 43,6 UA, lo sitúa entre los cubewanos no resonantes y confirma su estabilidad en escalas geológicas.

El satélite Weywot

En 2007, las imágenes del telescopio espacial Hubble revelaron la presencia de Weywot, un satélite pequeño cuyo movimiento permitió calcular con precisión la masa de Quaoar. Su órbita presenta excentricidades entre 0,14 y 0,18, un periodo de 11,6 a 12,4 días y un semieje mayor de 13.000 a 14.500 kilómetros. Su tamaño estimado, aún dependiente del albedo, se sitúa entre 70 y 160 kilómetros.

La órbita excéntrica de Weywot sugiere una historia dinámica marcada por interacciones tempranas, posibles migraciones o encuentros con material circundante, aunque los datos actuales no permiten reconstruir su evolución con detalle.

Anillos de Quaoar

Las ocultaciones estelares de 2023 revelaron un hallazgo inesperado: un anillo denso alrededor de Quaoar situado fuera del límite de Roche, un lugar donde los modelos clásicos no predicen la estabilidad de anillos compactos. Las hipótesis actuales apuntan a efectos resonantes, colisiones que limitan la acreción o configuraciones dinámicas todavía no caracterizadas.

El ocultamiento de la estrella Mira en 2025 añadió otro elemento al sistema: una nueva caída de luz más allá del anillo conocido, compatible con un segundo anillo o con un satélite pequeño no confirmado.

Formación y evolución del sistema Quaoar-Weywot

El sistema formado por Quaoar, su satélite y su anillo ofrece un laboratorio natural para estudiar cómo interactúan los cuerpos helados de tamaño intermedio en el sistema solar exterior. La combinación de un satélite excéntrico y un anillo fuera del límite de Roche sugiere una evolución condicionada por interacciones tempranas, impactos o redistribución de material.

La comparación con Haumea o Chariklo indica que estos sistemas podrían seguir patrones comunes aún poco comprendidos. Quaoar permite poner a prueba estas hipótesis y refinar los modelos que explican cómo se forman y mantienen estructuras complejas en objetos helados y lejanos.

Referencias y más información